Testimonios
HABLANDO DEL BODY SHAMING
Decidí empezar a hablar de body shaming en redes sociales cuando me di cuenta que desde que estuve en el colegio estaban muy normalizados los comentarios hirientes hacia el físico de los demás cuando no se adherían a los estándares de belleza establecidos en la sociedad.
Yo nunca recibí este tipo de comentarios, pero si los hice. Lo tomaba como si fuera una «simple broma». En mi colegio, nadie hacía nada para detener esto y para mí era algo completamente normal. Sin embargo, todo cambió cuando llegué a la universidad. Empecé a vivir sola e hice nuevos amigos y esto me ayudó a ver la situación desde otra perspectiva. Descubrí que quería compartir esta visión con todos los que pudiera y lo convertí en una misión de vida.
Por otra parte, creo que las personas han distorsionado lo que significa tener una «imagen saludable». Muchas chicas solo creen aquello que ven en redes sociales, no se dan cuenta que todo es una gran puesta en escena y eso las lleva a tener expectativas irreales de lo que significa una vida sana.
En mi opinión, comer saludable depende del estilo de vida de cada uno y sus posibilidades. Y eso es lo que trato de transmitir en el contenido que publico en redes sociales. Siempre he buscado que sea más motivacional que informativo, porque creo que esto es justamente lo que más le hace falta a las personas. Además, creo que para información específica existen cuentas dedicadas a eso. Y no me gustaría crear desinformación en las redes.
El feedback que recibo, es en la mayoría de hombres que me comparten libros e información acerca del tema, siempre con comentarios positivos acerca de la motivación que les brinda el contenido publicado en mi cuenta. Por otro lado, las chicas suelen contarme sus historias y experiencias acerca de los problemas alimenticios que han tenido, suelo siempre responder y trato de aconsejarlas en la medida de lo posible, siempre recomendándoles que hablen con su entorno cercano, porque no hay razón para atravesar un proceso como ese sola.
Por último, quisiera pedirles a todos que seamos más consientes acerca de las redes sociales y el contenido que en ellas se comparten, no debemos dejarnos llevar por una realidad virtual. Enfocarnos en nuestra salud física, pero sobre todo mental y de manera constante. Siempre buscar informarnos e intentar aprender algo todos los días y siempre compartir nuestras emociones con los más cercanos, no reprimir lo que sentimos.
- Ada Vílchez, 21 años, estudiante de marketing

PARA SER VEGANO HAY QUE SER EMPÁTICO
Decidí ser vegana por un video, un video tan fuerte que me cambió la vida. Antes de él, jamás hubiera pensado que llevaría este estilo de vida, no lo tenia considerado en mis planes. Hace 4 años realmente tomé conciencia del maltrato animal, fue como “quitarme una venda de los ojos”. Y después de eso, fue imposible volvérmela a poner.
Comencé a informarme y me di cuenta que el veganismo era el camino más viable para mi y para mi salud, además también descubrí que podía ayudar a reducir la contaminación del medio ambiente a través de esta práctica.
Por otro lado, empecé a tener conciencia de los alimentos que consumía por lo que modifiqué mi dieta. Ahora consumo verduras, legumbres y frutas. También empecé a cocinar, a hacer recetas, a tomar jugos por la mañana, todo esto empezó a formar parte de mi rutina diaria.
Yo pienso que el veganismo está relacionado con el amor en general, porque para ser vegano, tienes que ser empático. Yo sé qué hay personas que utilizan el veganismo porque les favorece, como los deportistas a quienes les ayuda a rendir más, pero creo firmemente que es desde la empatía de donde debe nacer esta decisión. Además, también está ligado al amor propio porque cuidas lo que comes, por ende, estás cuidando tu cuerpo y eso solo lo harías si te quieres lo suficiente.
Por último, quisiera recalcar que es necesario borrar las ideas preconcebidas sobre el veganismo, de su dificultad para mantenerlo a largo plazo y me gustaría que todos entiendan que este estilo de vida es un proceso que nace del amor hacia uno mismo, pero sobre todo del amor hacia lo demás, hacia los animales, los recursos, la naturaleza. Toma tiempo, pero vale la pena, al menos a mí me cambió la vida.
- Fernanda Gallo, 21 años, estudiante de Comunicación